Afortunadamente esos tiempos ya son historia y a la mujer se le denomina por lo que ella es y no por la función que desempeñe la persona con la que se ha casado. Precisamente por eso ahora en pleno siglo XXI debemos tener en cuenta a la hora de utilizar nuestro vocabulario, hacerlo de forma coherente y no “pasarnos de rosca” cuando hablamos o escribimos, con el único objeto de parecer más “progres”.
Este problema se nos presenta, sobre todo, a la hora de hablar de igualdad, porque una cosa es eso, hablar de igualdad y otra muy distinta, es utilizar la lengua castellana, nuestra herramienta por excelencia de comunicación, en nuestro beneficio y como se nos antoje sin tener en cuenta las Reglas de la misma.
En esta época que nos ha tocado vivir, mucho se habla de igualdad; igualdad entre el hombre y la mujer. Igualdad entre lo femenino y lo masculino. Igualdad social. Igualdad laboral. Igualdad en derechos y en deberes. Igualdad, en fin, en todos los aspectos de la vida. Pero no nos confundamos: no pensemos que la igualdad es un problema sólo de semántica, puesto que no es lo más importante en este tema. La igualdad hemos de llevarla a cabo con el esfuerzo de todos. Es verdad que hay un camino andado, pero aún queda mucho por recorrer.
Bien, pues no hace mucho, escuché en una conferencia, mitting, o como lo queramos llamar, a otra señora que repetía los mismos términos; jóvenes y jóvenas. Y pensé, “otra que se ha equivocado”. Pero no, mi sorpresa fue que la conferenciante recalcó los términos haciendo hincapié en delimitar mediante el vocabulario lo femenino de lo masculino. Y yo pienso ¿si la mujer es jóvena, porque el hombre no puede ser jóveno?. ¿Puestos a cambiar?. De igual modo, podríamos llamar a los hombres que practican deporte deportistos, y a las mujeres deportistas, por supuesto.
Tratemos de luchar para erradicar las injusticias y desigualdades que se producen en todos los ámbitos; tanto en el público como en el privado y no malgastemos nuestros esfuerzos en banalidades como ésta; pues la utilización de unas palabras u otras no conseguirán más igualdad que es de lo que se trata.
La Lengua Castellana tiene recursos para designar todos los términos. Utilicemos los que creamos convenientes, pero no tratemos de enmendarle la plana a una Lengua tan rica en términos como la nuestra. Enmienda que no es necesaria. Lo que si es necesario es la conciencia por parte de todos, de formar una sociedad igualitaria en todos los aspectos de nuestra vida. Y no cabe duda que el movimiento se demuestra andando.
1 comentario:
Estupenda reflexión, la igualdad se demuestra en la realidad cotidiana y lo que las mujeres han ido logrando con la lucha y el tiempo. Penoso estas politiquillas que quieren destacar hasta en lo que resulta ridículo. Muy buena la tarjeta roja de la foto, creo que habría que sacarselas a muchas que quieren ser más papistas que el Papa y sólo consiguen quedar fuera de lugar. Como indica tu imagen final, contra la estupidez lo mejor el conocimiento y la cultura.
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